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Las masivas protestas suscitadas en Chile completan este miércoles 12
días, en los que la ciudadanía continúa exigiendo la dimisión del
mandatario Sebastián Piñera y la convocatoria a una Asamblea Nacional
Constituyente, según informó Telesur.
Lo que comenzó con evasiones al Metro como reclamo por el alza en el
pasaje derivó, en poco menos de dos semanas en un estallido social que
ha puesto en jaque a La Moneda y complica el panorama político en el
país.
¿Qué ha ocurrido tras 12 días de protestas?
Inicialmente, el viernes 18 de octubre, el caos estalla en Santiago
(capital) con enfrentamientos, incendios y ataques al metro, en protesta
por el alza de tarifas, que pasó de 800 a 830 pesos (tras otro aumento
de 20 pesos en enero), que obligaron a cerrar todas las estaciones del
subterráneo.
Ante los disturbios y la protesta generalizada en la capital, por la
noche Piñera decretó el estado de emergencia en la ciudad y confía a un
militar, el general Javier Iturriaga, la responsabilidad de garantizar
la seguridad pública.
El 19, miles de personas protestan contra las injusticias sociales en
Santiago y se producen choques con las fuerzas del orden. Otras
concentraciones se producen en ciudades importantes como Valparaíso y
Viña del Mar, pese a realizarse una suspensión del alza de precios del
combustible.
Por primera vez desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet
(1973-1990), se despliegan miles de militares en las calles y se decreta
un toque de queda en la capital.
Para el domingo 20, Piñera afirmó que «estamos en guerra contra un
enemigo poderoso», y llama a la unidad y a condenar «la violencia y
delincuencia». Mientras tanto, los disturbios continúan y al menos 78
estaciones del ferrocarril metropolitano sufrieron destrozos.
El estado de emergencia se extiende a nueve de las 16 regiones del país y se anuncia un toque de queda para la noche.
El 21 de octubre, las manifestaciones se reanudan al grito de
«militares afuera», al tiempo que realizan una suspensión de clases en
casi todas las escuelas y universidades de la capital.
Ante la situación, Piñera convoca a los partidos políticos a una
reunión al día siguiente para intentar alcanzar un acuerdo social.
Tras un pedido de perdón del presidente y del anuncio de un paquete
de medidas (alza de las pensiones más bajas, congelamiento de tarifas de
electricidad), persiste el descontento el 22 del mismo mes.
Es así como los principales sindicatos y movimientos sociales del
país llaman a la huelga general, que inició el 23, y en el que siguieron
las concentraciones en varias ciudades de Chile, con decenas de miles
de manifestantes en las calles de Santiago.
Al movimiento se sumaron los sindicatos de las minas de cobre, así
como del personal de salud y portuario. A su vez, el Gobierno apeló a
militares de reserva para apoyar a los 20.000 desplegados en las calles.
El día 24 continuaron las huelgas y manifestaciones, mientras Piñera
anunció un plan para poner fin al toque de queda y al estado de
emergencia.
Para el 25, se reúnen en Santiago 1,2 millones de personas para una
movilización histórica, la de mayor convocatoria en los últimos 30 años.
El 27, Piñera anuncia el levantamiento del estado de emergencia que
regía sobre Chile desde hacía ocho días que saca a los militares de las
calles. En Valparaíso, realizaron una masiva manifestación que concluyó
en el Congreso donde se registraron disturbios.
Tanto el 28 como el 29 continuaron la ola de represión contra el
pueblo chileno que exige un cambio en las estructuras políticas de la
nación.
La cifra de muertes alcanza a 20 personas, cinco de ellas por
disparos de las fuerzas del orden. Los manifestantes exigen el cese de
las medidas de excepción, que «los militares regresen a los cuarteles» y
reclaman respuestas a la peor crisis social que vive el país en 30
años.
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