El arte de la guerra: cómo fabricar al enemigo
En los días de la Guerra Fría, las truculentas historias sobre la Unión Soviética que se narraban en los populares cómics estadounidenses, en las películas de Hollywood o en las series de televisión, hacían temblar a la gente. La construcción simbólica negativa del comunismo, hecha por los grandes medios de comunicación capitalistas, condicionaron la manera de pensar de amplias capas de la población mundial.
Cada vez que se necesitaba manipular a los tranquilos burgueses de Europa o de Estados Unidos, se les atemorizaba con el grito «vienen los rusos».
A más de 30 años de finalizada la Guerra Fría, en este siglo XXI de reacomodo de las potencias, de lucha por los mercados, de desequilibrio mundial, la vieja tradición de amenazar, como en los cuentos infantiles, con el grito de que viene el lobo, vuelve a ponerse de moda contra Rusia, China, Venezuela, Nicaragua y Cuba. Otros entran y salen, quedan en suspenso por un tiempo o son satanizados sin piedad cuando el poder global del capitalismo necesita un enemigo.