miércoles, 10 de abril de 2019

Minuto a Minuto: Proclamación de la Constitución de la República de Cuba



Asamblea Nacional del Poder Popular. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Con la presencia del General de Ejército, Raúl Castro Ruz, primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, inició la Segunda Sesión Extraordinaria de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, donde este 10 de abril será proclamada la Constitución de la República de Cuba.
Refrendada con el voto positivo de seis millones 816 mil 169 electores, la Constitución cuenta con 229 artículos, 11 títulos, dos disposiciones especiales, 13 transitorias y dos finales.
El mandatario cubano expresó en esta jornada a través de su cuenta de twitter que el 10 de abril de 1869 “la Revolución entró en la República según Martí. Ni Cuba ni la Historia olvidarán jamás que el que llegó a ser primero en la guerra comenzó siendo el primero en exigir el respeto de la ley”.

José Martí: “El 10 de abril”



Asamblea de Guáimaro: Foto: Archivo










Más bella es la naturaleza cuando la luz del mundo crece con la de la libertad; y va como empañada y turbia, sin el sol elocuente de la tierra redimida, ni el júbilo del campo, ni la salud del aire, allí donde los hombres, al despertar cada mañana, ponen la frente al yugo, lo mismo que los bueyes. Guáimaro libre nunca estuvo más hermosa que en los días en que iba a entrar en la gloria y en el sacrificio. Era mañana y feria de almas Guáimaro, con sus casas de lujo, de calicanto todas, y de grandes portales, que en calles rectas y anchas caían de la plaza espaciosa a la pobreza pintoresca de los suburbios, y luego el bosque en todo el rededor, y detrás, como un coro, las colinas vigilantes. Las tiendas rebosaban. La calle era cabalgata. Las familias de los héroes, anhelosas de verlos, venían adonde su heroísmo, por ponerse en la ley, iba a ser mayor. Los caballos venían trenzados, y las carretas venían enramadas. Como novias venían las esposas; y las criaturas, como cuando les hablan de lo sobrenatural. De los estribos se saltaba a los brazos. Los españoles, alegres, hacían buena venta. Era que el Oriente y las Villas y el Centro, de las almas, locales perniciosas componían espontánea el alma nacional, y entraba la revolución en la república. El jefe del Gobierno provisional de Oriente acudía al abrazo de la asamblea de representantes del Centro. El pabellón nuevo de Yara cedía, por la antigüedad y la historia, al pabellón, saneado por la muerte, de López y Agüero. Venía Céspedes, a detenerlo a la puerta de la Cámara, en el caballo que le pidió al Camagüey permiso para ir por su territorio a beber las aguas del Almendares. El que había sabido deponer, se deponía. El sable que Céspedes regaló a Agramonte, en la visita en que el Oriente quiso seguir hasta palacio con su ley, y el Centro quiso poner a la guerra las formas de la república, esperaba impaciente antes que desenvainarse mal, la carta de libertades que ha de poner por sobre su cabeza, y ha de colgar del pecho de su caballo, todo militar de honor. En los modos y en el ejercicio de la carta se enredó, y cayó tal vez, el caballo libertador; y hubo yerro acaso en ponerles pesas a las alas, en cuanto a formas y regulaciones, pero nunca en escribir en ellas la palabra de luz. Ni Cuba ni la historia olvidarán jamás que el que llegó a ser el primero en la guerra, comenzó siendo el primero en exigir el respeto de la ley… Estaba Guáimaro más que nunca hermosa. Era el pueblo señorial como familia en fiesta. Venían el Oriente, y el Centro, y las Villas al abrazo de los fundadores.