Por Claudia Vásquez
Leyendo un artículo publicado en Diario Libre, titulado “Dodgers, demandados por US$19
millones por firma”, reflexionaba sobre todo el mal que causa el bloqueo y
demás leyes injustas de Estados Unidos hacia Cuba, y en este caso
específicamente al deporte cubano.
Digo esto, porque realmente el cubano que siente por
su país; aunque lejos de su tierra, ve en este apartado, no el hecho de la
demanda y los incumplimientos, sino toda la red de tráfico de peloteros que
existe debido a las leyes estadounidenses, que discriminan nuestro talento
deportivo.
Para nadie es nuevo que los peloteros cubanos han sido
perseguidos por su formación, preparación y calidad, y son agredidos más que
todo, por las normas del béisbol profesional, regidas por Estados Unidos, que laceran
la integridad ética del pelotero cubano, ya que para que pueda jugar en la
Major League Baseball (MLB) tiene que renunciar a su nación, declarar que vive
fuera de Cuba, que no regresará y que no tiene nada que ver con su Gobierno.
Con estas trabas que imponen a Cuba para que un
pelotero pueda desarrollarse en ligas profesionales, no es secreto que estos
busquen alternativas para lograr sus sueños. Por mucho tiempo, algunos
jugadores han encontrado la vía de la salida ilegal, deserción en eventos
internacionales, entre otras, en las cuales ha sido crucial la participación de
los “cazatalentos”, que aceleran el proceso garantizándoles documentos
“legales” y así quedar desbloqueados para el gobierno de EEUU.
Esas vías para sacarlos ilegalmente del país tampoco
son un secreto, ni cómo son objeto de toda clase de situaciones. México,
República Dominicana, Haití y Nicaragua son clásicos receptores de los
peloteros cubanos, donde reciben tratamiento expedito a la hora de recibir sus
papeles y firmar rápidamente con clubes de la MLB, de manera tal que puedan
devolver el dinero a aquellos que “invirtieron”.
Este proceso, muy bien organizado, ha reportado mucho
dinero a esos “cazatalentos”, más cuando los peloteros cubanos, por su
desconocimiento del mundo capitalista y funcionamiento de los contratos, se
convierten en una presa fácil para los ya mencionados. Es por ello que los
peloteros cubanos son de hecho víctimas de estas actividades, personas talentosas
adquiridas ilegalmente, ya que las leyes norteamericanas no permiten su fichaje
de manera normal y legal.
Lo que viene sucediendo en el béisbol con Cuba está
tipificado dentro del Derecho como delito de tráfico y trata de personas,
siendo sin más adornos, robo de talento. Talento de tantos profesionales, que
una vez formados en nuestro país, son arrebatados de su patria, por personas
que se aprovechan de las más injustas leyes estadounidenses y así sacar
provecho. Además, les dan un tratamiento casi como esclavos, como mercancía, que
si no les es útil los desechan, porque los abandonan a su suerte.
Lamentablemente el caso que mencionan de Yaisiel
Sierra, el secuestro, etc, no es el único; incluso, hay ejemplos más crudos,
como el de Yasiel Puig, que fue víctima de una operación que involucró hasta
amenazas de muerte si no pagaba a los que le “ayudaron” a firmar un contrato
con los Dodgers. Este es, sin dudas, un negocio sucio y peligroso, que
involucra a mucha gente a la que le son rentables las operaciones de tráfico
humano.
Me pregunto entonces, ¿esos que ignoran lo que sucede,
hablo de directivos y funcionarios de la MLB; los “cazatalentos” que “ayudan” a los peloteros cubanos,
funcionarios consulares sobornados, y demás personas que mueven los cordeles,
no conforman una red de tráfico humano, en este caso de peloteros? ¿No estamos
disfrazando con violaciones de contratos e indemnizaciones por daños y
perjuicios la verdadera esencia del negocio?

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