Por Redacción Cubahora
Tomado de Cubahora
Una crisis sanitaria sin precedentes amenaza con el caos el mundo en
que vivimos. Hasta el 30 de marzo de 2020, la COVID-19 le había cobrado
la vida a unas 33 mil 579 personas alrededor del orbe, según las
últimas cifras divulgadas por la Organización Mundial de la Salud.
En medio de tal desconcierto, pudiera pensarse en que los
desacuerdos, conflictos, medidas restrictivas de un gobierno hacia el
otro podrían quedar atrás, al menos hasta que pase esta pandemia. Sin
embargo, el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por EE.UU contra Cuba no se ha flexibilizado un ápice. Hasta ahí, todo sigue igual.
Para poder enfrentar los estragos que hace la COVID-19 en EE.UU,
donde lamentablemente se está cobrando la vida de miles de personas,
este país paradójicamente, ha tenido que aceptar la ayuda humanitaria de
Rusia y China, dos gobiernos satanizados por la
administración estadounidense. Y hasta aquí, en estos momentos, ello
resulta comprensible pues la solidaridad se impone, dejando a un lado
cuestiones que separan a los seres humanos.
Lo que resulta verdaderamente aberrante es que, en medio de tan
lamentable escenario para todos los habitantes del planeta, los
gobernantes de la nación norteña se empeñen en continuar pronunciando
mentiras vergonzosas y declaraciones infundada en un intento desesperado
por justificar las medidas restrictivas que han impuesto a Cuba para arreciar el bloqueo—siendo precisos, 300 desde la Administración Trump y 89 sólo en 2919.
Así, el señor Michael G. Kozak, subsecretario
interino de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del
Departamento de Estado de EE. UU, colocó en horas de la tarde de ayer en
su cuenta oficial de Twitter que “las sanciones de EE. UU. a Cuba están
diseñadas para negar recursos al gobierno, recursos utilizados para
controlar y abusar de los derechos del pueblo cubano e interferir en
países de la región. Las sanciones de los EE. UU. no impiden la
adquisición de alimentos, medicamentos y otros suministros necesarios
para combatir # COVID19”. ¿En serio?
Como en política internacional nada tiene un carácter fortuito, repasemos los hechos.
Lo primero, Cuba, en el diseño de todo su escenario, incluido el
enfrentamiento a epidemias o desastres tiene que contar con la variable
bloqueo. Aún así, no solo ha afirmado, sino que demuestra estar
preparada con su inmensa capacidad profesional y humana de sus galenos
al frente para controlar la propagación en Cuba.
Además, por estos días la etiqueta #CubaSalva se ha hecho viral en las redes sociales digitales.
Con ella se da a conocer el sentimiento humanitario que se genera
cuando se conoce la cantidad de profesionales cubanos de la salud, mil
600 en 38 países del mundo, que han abandonado la seguridad de su hogar
para devolver a mucha gente un hálito de esperanza, justo cuando la
infección letal pone al descubierto a las más sólidas economías y a sus
sistemas de salud.
Los titulares de prensa internacional que por estos días se refieren a
Cuba como un pequeño gigante que no da lo que sobra, como sí lo afirmó recientemente el presidente Trump. Los mencionados headlines hablan de humanismo, gesto que el mundo agradece.
Claro que Cuba no espera nada de la Administración Trump y de ninguno
de sus gobernantes de turno. Pero indigna la desfachatez, la mentira
vergonzosa, que como profetizaba el fascista Goebbels, repiten hasta la
saciedad para intentar creérselas entre ellos mismos. Por eso recibe la
respuesta apropiada.
Es un desespero inaudito. No hay que extrañarse. Precisamente el Mike Pompeo, secretario de Estado de EE.UU también condicionó hace apenas 48 horas la retirada de sanciones a Venezuela
si el presidente legítimamente electo, Nicolás Maduro dejaba el poder
constitucional que le otorgó el pueblo, para sustituirlo por un
“gobierno de transición. Claro que recibió la respuesta debida, en voz de su canciller, Jorge Arriaza.
Volviendo a Cuba y para despejar dudas, vale la pena recordar que el
escaso alimento que Cuba adquiere en EE.UU está condicionado a un pago
en efectivo, sin reajuste preferencial y por adelantado porque no es una
transacción basada en los principios del comercio internacional. Por
cierto, se aprobó en el Congreso en el año 2000 y aplicó por la entonces
Administración Bush en 2001 después de un huracán arrasara en Cuba y
queda hasta hoy. Es importante acotar que fue resultado del movimiento
de agricultores y otros sectores estadounidenses llamado Americans for Humanitarian Trade with Cuba. De cómo nos impiden acceder a los medicamentos y terapias para salvar hasta niños con cáncer, solo hay que remitirse al último informe que presentó Cuba ante AGNU
Mientras tanto, en lo que el gobierno de EE.UU se aísla cada vez, ha
surgido un movimiento internacional desde diferentes partes del mundo ,
en el que se incluyó el mensaje de Naciones Unidas y la solicitud del presidente argentino Alberto Fernandez
al presidente pro témpore de CELAC, André Manuel López Obrador, para
solicitar al menos una moratoria de las medidas de EE.UU contra Cuba.
Ya lo dijo un colega en días recientes, la batalla contra la COVID-19
es una batalla con todos y de todos. Y sin dudas, para cuando termine
habrá cambiado el sentido del mundo. Y tenemos fe que sea para mejor.
Mientras el señor Kozak, tiene lecciones pendientes en cuanto a Cuba.
Con bloqueo, bajo amenazas, con COVID-19, cuenta con fortalezas
inmensas y la principal es el pueblo cubano, confiado, disciplinado,
abnegado y solidario. Debiera escuchar este señor lo que sucede en
nuestro país, hasta en el barrio más humilde a las 9.00 pm. Por si no ha
estado al tanto, aquí le va. Es un “Viva Cuba libre” y un “Adelante,
cubanos, que la Patria os contempla orgullosa”.

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