jueves, 14 de febrero de 2019




Foto: Internet
El Gobierno Revolucionario de la República de Cuba denuncia la escalada de presiones y acciones del Gobierno de los Estados Unidos para preparar una aventura militar disfrazada de «intervención humanitaria» en la República Bolivariana de Venezuela y llama a la comunidad internacional a movilizarse para impedir que se consume.
Entre el 6 y el 10 de febrero de 2019, se han realizado vuelos de aviones de transporte militar hacia el Aeropuerto Rafael Miranda de Puerto Rico, la Base Aérea de San Isidro, en República Dominicana y hacia otras islas del Caribe estratégicamente ubicadas, seguramente sin conocimiento de los gobiernos de esas naciones, que se originaron en instalaciones militares estadounidenses desde las cuales operan unidades de Fuerzas de Operaciones Especiales y de la Infantería de Marina que se utilizan para acciones encubiertas, incluso contra líderes de otros países.
Medios políticos y de prensa, incluso norteamericanos, han revelado que figuras extremistas de ese gobierno, con una larga trayectoria de acciones y calumnias dirigidas a provocar o alentar guerras, como el Asesor de Seguridad Nacional John Bolton, el Director del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, Mauricio Claver-Carone, con la participación del Senador de la Florida, Marco Rubio, diseñaron, gestionaron el financiamiento y organizaron directa y detalladamente, desde Washington, el intento de golpe de estado en Venezuela mediante la ilegal autoproclamación de un presidente.

Joven argentino desmiente a los medios y muestra la realidad de Venezuela en Twitter


Mientras los diarios del mundo se empeñan en mostrar una Venezuela asediada e inestable, Diego, un argentino que se encuentra en el país bolivariano publica diariamente una serie de videos que cuentan la realidad en los principales puntos de la capital venezolana.
Estados Unidos mantiene un cerco contra el Gobierno venezolano para apropiarse de sus recursos energéticos y minerales, además de tener el control geopolítico sobre éste y la región. Los grandes medios, para hacerle el favor al imperio, prefieren mostrar un país inseguro, en el cual reine el caos y no la democracia.
A través del usuario de Twitter @DiegoEnLaLucha, este joven argentino muestra cómo se vive en Venezuela actualmente. Claro, en ningún momento afirma que sea todo “color de rosa”, pero así intenta dejar al descubierto cómo los medios operan y exageran la realidad para sus intereses.
El joven argentino va a comprar a un supermercado, visita los principales puntos de la capital venezolana y se pasea por la ciudad sin problema.

En video, las historias de Diego

Cooperación militar #Rusia-#Venezuela: un dolor de cabeza para #EEUU

Las operaciones militares orquestadas por Estados Unidos en Afganistán, Irak o Siria en los albores del siglo en curso le ha dejado no sólo altos costes económicos y logísticos, sino también políticos, en cuanto a la sensación de derrota que muestra la potencia mundial ante el resto del mundo y la progresiva mirada de los países árabes a las potencias euroasiáticas.
Por el contrario, derrocar gobiernos considerados obstáculos para la seguridad hemisférica ha requerido menores operaciones técnico-militares por parte del Comando Sur y se logran encapsular en el sitio objetivo.
Considerado su patio trasero, los países del sur a los que Estados Unidos consigue tener acceso sin restricción (luego de regresar a la Doctrina Monroe como política exterior) se convierten en plataformas para instalar bases militares que protegen el área de influencia alcanzada. Colombia es el mejor ejemplo, pero no se dejan de nombrar Perú, Paraguay, Panamá, y próximamente Ecuador.
Si se observan las recientes amenazas militares contra Venezuela bajo el prisma geopolítico, puede interpretarse como la búsqueda de un frente mucho más seguro que Irán o Corea del Norte, en la carrera por demostrar fuerza que la considerada hegemonía norteamericana debe hacerle al mundo multipolar emergente.

La pérfida ayuda humanitaria de Washington

Por Miguel Ángel García Alzugaray
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! Un antiguo refrán español reza que: ¡A los bobos con eso que yo bien te conozco!, mientras que otro nos alerta que: Ayuda de pérfido enemigo, ¡si la aceptas estás perdido! En nuestra opinión estos seculares dichos de la sabiduría popular, se pueden aplicar perfectamente a la actual maniobra de la Casa Blanca para propiciar con una engañosa ayuda humanitaria una intervención armada en Venezuela.
Sabido es que, desde la mítica época del homérico Caballo de Troya, los “cantos de sirenas” de las potencias hegemónicas como los Estados Unidos sólo tienen un objetivo: crear una brecha en las defensas de sus oponentes que les permita poder destruirlos o conquistarlos.
Así, este 4 de febrero, el injerencista Grupo de Lima, cumpliendo las indicaciones de la Casa Blanca, instó a las Fuerzas Armadas de Venezuela a permitir el ingreso y traspaso de una ayuda humanitaria que será entregada a la oposición venezolana.
Con anterioridad, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) de Colombia anunció que se instalará en la ciudad de Cúcuta un puesto de mando unificado para coordinar el proceso logístico para la recepción y el almacenamiento de ayudas humanitarias destinadas a Venezuela, luego de que el diputado opositor Juan Guaidó (autoproclamado presidente interino) expresara la necesidad de contar con “asistencia internacional inmediata”.
En enero pasado, Washington anunció el envío de ayuda humanitaria por un monto de más de 20 millones de dólares, lo que constituye la milésima parte de la cantidad que Venezuela perdió el año pasado, producto de las medidas unilaterales y coercitivas aplicadas por EE.UU.
De hecho, los 20 millones de dólares ofrecidos por el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, son la misma cantidad que Venezuela perdió, desde julio de 2017 hasta julio de 2018, solo en comisiones de operaciones cambiarias para la compra de medicamentos.
El Gobierno de Nicolás Maduro ha reiterado que la mejor ayuda que puede ofrecer la Administración de Donald Trump es levantar las medidas coercitivas unilaterales que impiden a Venezuela acceder a créditos internacionales, mover sus activos financieros, y comprar medicinas y alimentos para la población.