jueves, 15 de marzo de 2018



Honduras y las tretas de Luis Almagro en el engranaje intervencionista de Washington .


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El Departamento de Estado se entrometió en las elecciones de Honduras.
Una terquedad intervencionista que Washington ejecuta con soberbia y pragmatismo, desde sus posiciones de potencia, con calculados intereses de dominio.
La Casa Blanca se confabuló en el Golpe de Estado a José Manuel Zelaya, en junio de 2009.
Desde esos aciagos acontecimientos el Departamento de Estado y la CIA, están detrás de los monigotes de la oligárquica hondureña, manipulando los hilos para lavar con fraudes electorales, el régimen autoritario y sangriento, instaurado en Honduras.
La tierra de Francisco Morazán ha sido ensangrentada, con el propósito de mantener las bases militares de Estados Unidos e instalar otras más siniestras y amenazantes.
De la misma manera, perpetuar la condición semicolonial de la economía hondureña, enquistando las denominadas “ciudades modelo”; un plan agresivo de esclavización moderna que las corporaciones operarían como campos de concentración, donde se extraería hasta la última gota de plusvalía a la clase trabajadora.
La plutocracia hondureña que controla la institucionalidad estatal, las estructuras militares, los sectores económicos de la producción, comercio y finanzas; en contubernio con la jerarquía eclesiástica, según esclarecidas opiniones, ha extendido sus tentáculos en conexión con el narcotráfico y el blanqueo de divisas y dinero negro.
Ese engarce se ajusta perfectamente a los planes
Intervencionistas, desde la doctrina de los Estados fallidos.
Un Estado policiaco que complementa su perniciosa actividad represiva, con desmesurados operativos militares en perjuicio de la población Civil; que se manifiesta pacíficamente.
Juan Orlando Hernández se instaura y se mantiene en la presidencia de Honduras, por medio de ignominiosos fraudes electorales y el terror de los batallones del ejército y la policía militar.
Escuadrones de la muerte y bandas paramilitares se han encargado de completar la horrorosa faena, consumando macabras carnicerías de ciudadanos opositores, activistas y líderes populares.
La MACCIH, a pesar de responder a la desprestigiada Organización de Estados Americanos (OEA), está en la tarea de indagación para transparentar los pestilentes casos de corrupción en los que están involucrados una red de parlamentarios, políticos de las rancias castas en el poder, funcionarios mafiosos del gobierno, potentados de las sociedades empresariales y las esferas familiares vinculadas al mismo JOH.
En la OEA no se ha hecho esperar las manipulación y, desde la Secretaría General se ha boicoteado el trabajo del jefe de la Misión y del equipo que dirige.
Se obstaculiza el funcionamiento de la MACCIH con la complicidad de JOH, quien emite decretos y órdenes para obstruir o desmoralizar la labor de la Misión.
La oficina de Luis Almagro se mueve con subterfugios alrededor del oprobioso fraude en las últimas elecciones.
La Secretaría General de la OEA dice que no legitima la continuidad de JOH. Sin embargo, envía una carta desacreditando la actividad de la MACCIH. Además establece un canal directo con el déspota de Tegucigalpa.
No les conviene a JOH ni a Almagro que la MACCIH continue profundizando las indagaciones sobre las irregularidades fiscales, sobornos del capital transnacional y saqueo de las instituciones públicas, que implique al actual gobierno.
Los temores de Almagro y de otros subalternos de Washington en la OEA, es que la MCCIH, se convierta en un factor relevante en acelerar las tensiones en el país, que está viviendo una intensificación de las protestas opositoras contra el gobierno de Juan Orlando Hernández.
El pueblo hondureño y la comunidad internacional exigen que sea presentado, a la mayor brevedad, el informe de la MACCIH.
Oscar Barrantes R.
Círculo Bolivariano Yamileth López (CBYLO)
Centro Popular Costarricense de Estudios Sociales (CPCES)
San José – Costa Rica
Febrero 28 de 2018

La CIA en Panamá y la cancillería istmeña implicados en conspiración contra Venezuela.

Tal como denunciamos con anterioridad, la CIA norteamericana reclutó en julio de 2017 al entonces segundo secretario de la embajada venezolana en Panamá, Gabriel Hernán Pérez, con la finalidad de emplearlo para ser parte de la guerra sucia contra la Venezuela Bolivariana. Los pasos posteriores a su traición lo vinculan a una conspiración orquestada por esta Agencia en complicidad con elementos de la cancillería panameña, el grupúsculo contrarrevolucionario VEPPEX –radicado en Miami–, el llamado Tribunal Supremo de Justicia en el Exilio (TSJE) Capítulo Panamá y otros miembros de la derecha latinoamericana. Las acciones de estos implicados están dirigidas a lograr varios objetivos: evitar que los venezolanos residentes en Panamá participen en las elecciones del venidero 22 de abril y boicotearlas descaradamente, levantando calumnias contra el registro electoral de la embajada venezolana en Panamá; convencer –con la ayuda del TSJE– a organismos internacionales y regionales, así como gobiernos derechistas en Latinoamérica, bajo la manipulación de mecanismos y la legislación internacional el “facilitar la atención inmediata” al pueblo venezolano en cuanto a alimentos y medicinas bajo el manto de una “intervención humanitaria”, como primera fase para legitimar una siguiente acción militar contra Venezuela bajo el mando de EEUU y la venia de la OEA.
Según fuentes creíbles dentro de VEPPEX Gabriel Hernán Pérez se encuentra conspirando con los ex magistrados venezolanos Gustavo Sosa Izaguirre, Manuel Antonio Espinosa Melet y José Sabino Zamora, todos miembros del TSJE. El traidorzuelo, además del apoyo directo de oficiales de la CIA, cuenta con el sostén de la asesora de la cancillería istmeña Gina Latoni  –de origen boricua y vinculada a los servicios de inteligencia norteamericanos– de la cual funge como “consultor”.
Las mismas fuentes señalan que Gabriel Hernán Pérez es activo participante en reuniones de los ya citados magistrados Sosa Izaguirre, Espinoza Melet y Zamora del TSJE, Capítulo Panamá, dedicándose a realizar un descarado fraude virtual al signar declaraciones de una supuesta TSJ “real”: analizan inventadas denuncias sobre DDHH, dictan resoluciones y sentencias, propagan y dan supuestas legalidad a rumores y manipulaciones, como parte de la guerra mediática anti bolivariana. Esta actividad cuenta con la estructura del TSJE en América Latina y USA –seis magistrados en Chile, 8 magistrados en Colombia, tres magistrados en Panamá y doce de ellos en EEUU–, facilitando la conspiración encabezada por Sosa Izaguirre quien se ha convertido en viajero frecuente a Estados Unidos y, particularmente, a Miami, donde reciben instrucciones sobre cómo proceder.
No cabe la menor de las dudas de que Gabriel Hernán Pérez cumple hoy funciones diseñadas por la estación de la CIA en Panamá, bajo la tutela de la cancillería panameña. Estos implicados no podrán negar estas acusaciones. Tomado de DESCUBRIENDO VERDADES