Tomado de Granma
El bloqueo provoca escasez, el consumo es afectado, se crean
sentimientos de ansiedad constantes, los medios contrarrevolucionarios
intentan conectar a las personas al odio. Hemos sido educados siguiendo
principios de humanismo y justicia. El odio no construye. No nos dejemos
manipular
El martes 11, a las 12:26 p.m., un
mensaje recorría las redes digitales despertando el interés de miles de
personas, una internauta escribía en Facebook: «Acabo de ver algo
estremecedor», y narraba emocionada la actuación valerosa y digna de una
oficial de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). «Sola, contra una
turba enardecida decidida a linchar a un violador, ella, sin más escudo
que su cuerpo, cumplió con el deber (…) de proteger su vida, para que la
justicia le aplique la ley».
Al momento, cientos de personas compartieron y comentaron
favorablemente el mensaje, y el video subido a su canal por el youtuber
Guerrero Cubano, el cual motivó el escrito de la internauta.
En el material de Guerrero Cubano se podía apreciar la actuación
decidida y justa de nuestra Policía el día 8 de febrero, en Santiago de
Cuba, procediendo acorde con la ley, llevando a cabo la detención de una
persona a la que se acusaba de haber cometido un crimen monstruoso: la
violación de una niña menor de ocho años, mientras un grupo agredía a
los agentes del orden que, a pesar de la compleja situación, jamás
perdieron la calma y actuaron con suma profesionalidad.
En el transcurso de estos hechos comenzaron a aparecer en las redes
llamados a linchar, incendiar, destruir, a enfrentar a la policía. Gente
inescrupulosa, aprovechando el dolor de los familiares, amigos y
vecinos de la víctima, llamaban a sembrar el caos y acusaban a la pnr y
al Gobierno de «proteger» al violador.
El crimen, inusual en nuestra Isla, despertó la indignación y la ira
del pueblo, en un país donde el respeto a la infancia es una esencia y
no una consigna.
Los llamados a la violencia y al desorden utilizando las redes
digitales, mensajes que aparecen con cierto grado de sincronización, de
articulación, en los principales medios de la contrarrevolución, no
pueden ser casualidad. Aparecen en los mismos medios que apoyaron a los
mal llamados «clandestinos» que intentaron manchar la inmaculada imagen
del Apóstol de Cuba, José Martí, los mismos «falsos demócratas», los
mismos mercenarios, buscando, desde la manipulación de la sensibilidad
de un caso como este, involucrar a personas del pueblo en actos contra
sí mismos.
Los mecanismos del caos y la violencia
La guerra económica contra la Isla se incrementa, siguiendo el
recurso de culpar a la víctima. Como bien dice el precepto de guerra no
convencional, se debe tratar de «lograr el extraño resultado de que la
víctima no solo no se queje, sino que termine culpándose a sí misma de
su desgracia y aplaudiendo al verdugo».
El bloqueo provoca escasez, el consumo es afectado, se crean
sentimientos de ansiedad constantes, los medios contrarrevolucionarios
intentan conectar a las personas al odio, les mienten, las movilizan,
manejan con destreza los hilos del rencor para convertir a las personas
en una bomba de tiempo.
Se «prepara el terreno» con el objetivo de provocar una gran
confusión mental, ante la avalancha de hechos, de mensajes, de falsas
noticias. «Los ciudadanos caen en un estado de regresión tal que no
pueden pensar racionalmente, ni proteger sus intereses», dicen los
manuales de la CIA. En ese estado muchas personas son manipuladas con
facilidad.
No por gusto los planes de subversión en la época de Obama no
renunciaban a la guerra económica, al contrario, el proyecto Génesis,
por citar un ejemplo, explicaba con claridad que había que «mantener con
rigor la presión sobre la economía, para obligar al Gobierno a negociar
en posiciones de desventaja»; era una mezcla de seducción cultural y
ahogo económico.
Durante la presentación del proyecto de Resolución Necesidad de
poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por
Estados Unidos de América contra Cuba, en Nueva York, el 7 de noviembre
de 2019, el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez
Parrilla, planteó: «En los últimos meses, el Gobierno del Presidente
Donald Trump ha iniciado una escalada en su agresión contra Cuba, con la
aplicación de medidas no convencionales, para impedir el abastecimiento
de combustible a nuestro país... Su objetivo, además de afectar la
economía, es dañar el nivel de vida de las familias cubanas. El Gobierno
de Estados Unidos sí es responsable».
Alrededor de 187 acciones entre multas, sanciones y medidas contra el
pueblo cubano se tomaron en 2019 con el fin de generar penuria,
insatisfacción y el levantamiento contra el Gobierno, como bien quedó
expuesto en el Memorando de Lester Mallory en 1960, que plantea provocar
el desengaño y el desaliento en la población para facilitar el
derrocamiento de la Revolución.
Nos quieren dejar sin combustible para el transporte, sin gas para
cocinar los alimentos, quieren paralizar el país, y afectar la
cotidianidad de la familia cubana para arrancarnos concesiones
políticas. Necesitan mucho odio, necesitan miedo, precisan anularle el
juicio a la gente, para que actúe de forma irracional, para anular sus
defensas sicológicas, para acabar con su autoestima.
Cuba ha sido objeto de una sistemática campaña de influencia
motivacional, pura y dura guerra sicológica, fabricada en los
laboratorios de la cia, para construir un estado mental que lleve al
pueblo a actuar más allá de toda lógica, que los mueva a ejecutar
acciones agresivas, crear un estado de irracionalidad que pueda
convertir al ser humano en una bestia y, en ese estado, científicamente
manejado, intentar llevarlo al logro de la acción deseada por el
manipulador.
Como repiten una y otra vez los ideólogos de las Guarimbas, del
Maidan ucraniano, los George Soros y Gene Sharp, los chicos
«internacionalistas» de Otpor: el objetivo es lograr que no quede nada
más que el caos.
La narrativa de la indignación al servicio de los planes imperiales
En Bolivia, bandas de criminales amparados en la narrativa de la
«indignación popular» por un supuesto fraude electoral, tomaron el
control de las ciudades, realizaron bloqueos de vías públicas al estilo
de los guarimberos venezolanos, quemaron instituciones, profirieron
amenazas, cometieron asesinatos, torturas en la vía pública y humillaron
a líderes sociales y políticos.
El modus operandi no es exclusivo en nuestra región. En noviembre de
2019, Irán sufrió una oleada de violencia que destruyó 730 bancos, 70
estaciones de servicio, 140 inmuebles gubernamentales y más de 50 bases
de fuerzas de seguridad.
Detrás de este guion perfectamente elaborado estaba la cia, a partir
de la focalización de las protestas, la escalada de la violencia, y el
uso de reclutamiento de delincuentes para agredir a las fuerzas de
seguridad.
En 2004, Srdja Popovic y Slobodan Dinovic, líderes de Otpor, crearon
en Serbia el Centro para la Acción y la Estrategia No Violenta Aplicada
(Canvas), atractivo y productivo negocio financiado por el Gobierno de
EE. UU. El manual elaborado por estos gurúes del «golpe suave» explica
en su introducción que «hay que generar focos de enfrentamiento con la
policía y provocar la acción de las fuerzas de seguridad».
El manual Lucha no violenta: 50 puntos cruciales, se convirtió en la
«Biblia» de los movimientos sediciosos y terroristas en los países
árabes y en América Latina, tanto o más que los manuales de Gene Sharp,
Bob Helvey y Ackerman, pioneros a nombre de la cia de esta estrategia, y
sus preceptos han sido aplicados contra Venezuela, Irán, Ucrania,
Siria, Bolivia, etc.
Génesis, proyecto de subversión político ideológica elaborado para
Cuba, describía perfectamente este tipo de escenario: «Una vez declarada
públicamente las intenciones del movimiento, reclutados los activistas
altamente comprometidos, pasar a realizar acciones de calle que generen
la acción represiva de las fuerzas de seguridad, de manera que se cree
un estado de ingobernabilidad y caos que justifique, siempre a solicitud
del pueblo de Cuba, la intervención de EE. UU.».
Lo que se levanta sobre el odio no se sostiene
¿Quiénes están interesados en hacer creer al mundo que en Cuba existe
un clima de inseguridad y violencia?: la maquinaria del odio de Miami,
la productora de lodo, que es profundamente antimartiana, que es lo
mismo que decir anticubana; que desconoce un principio esencial del
Apóstol, todo lo que pretenda levantarse sobre el odio no se sostiene.
Martí era un revolucionario sin odio, por eso discrepaba de «los
bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la violencia».
La PNR actuó conforme al derecho, en un país de leyes que respeta por
encima de todas las cosas la integridad del detenido, detenido que no
es culpable hasta que no es juzgado y condenado; actuaron conforme a la
tradición aprendida de los fundadores de la nación, conforme a una
Revolución que juzgó a criminales de guerra, a asesinos que cometieron
crímenes atroces, torturaron y desaparecieron a miles de jóvenes
cubanos; no se linchó a los torturadores batistianos, se les sometió a
juicio con todas las garantías procesales. Así actuamos entonces y así
lo haremos siempre.
El culpable de un acto tan atroz será juzgado y condenado, no nos
cabe ninguna duda. Hemos sido educados siguiendo principios de humanismo
y justicia que son esencia del «sol del mundo moral» al que aspiramos.
El odio no construye. No nos dejemos manipular.
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