jueves, 14 de febrero de 2019

La pérfida ayuda humanitaria de Washington

Por Miguel Ángel García Alzugaray
bases-usa-03peru
! Un antiguo refrán español reza que: ¡A los bobos con eso que yo bien te conozco!, mientras que otro nos alerta que: Ayuda de pérfido enemigo, ¡si la aceptas estás perdido! En nuestra opinión estos seculares dichos de la sabiduría popular, se pueden aplicar perfectamente a la actual maniobra de la Casa Blanca para propiciar con una engañosa ayuda humanitaria una intervención armada en Venezuela.
Sabido es que, desde la mítica época del homérico Caballo de Troya, los “cantos de sirenas” de las potencias hegemónicas como los Estados Unidos sólo tienen un objetivo: crear una brecha en las defensas de sus oponentes que les permita poder destruirlos o conquistarlos.
Así, este 4 de febrero, el injerencista Grupo de Lima, cumpliendo las indicaciones de la Casa Blanca, instó a las Fuerzas Armadas de Venezuela a permitir el ingreso y traspaso de una ayuda humanitaria que será entregada a la oposición venezolana.
Con anterioridad, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) de Colombia anunció que se instalará en la ciudad de Cúcuta un puesto de mando unificado para coordinar el proceso logístico para la recepción y el almacenamiento de ayudas humanitarias destinadas a Venezuela, luego de que el diputado opositor Juan Guaidó (autoproclamado presidente interino) expresara la necesidad de contar con “asistencia internacional inmediata”.
En enero pasado, Washington anunció el envío de ayuda humanitaria por un monto de más de 20 millones de dólares, lo que constituye la milésima parte de la cantidad que Venezuela perdió el año pasado, producto de las medidas unilaterales y coercitivas aplicadas por EE.UU.
De hecho, los 20 millones de dólares ofrecidos por el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, son la misma cantidad que Venezuela perdió, desde julio de 2017 hasta julio de 2018, solo en comisiones de operaciones cambiarias para la compra de medicamentos.
El Gobierno de Nicolás Maduro ha reiterado que la mejor ayuda que puede ofrecer la Administración de Donald Trump es levantar las medidas coercitivas unilaterales que impiden a Venezuela acceder a créditos internacionales, mover sus activos financieros, y comprar medicinas y alimentos para la población.

Al respecto, el presidente Nicolás Maduro expresó el pasado martes que la ayuda humanitaria de Estados Unidos a Venezuela -en vista de la crisis económica, política y social- se trata de un “show político” para justificar una intervención en el país.
En entrevista concedida a RT, el mandatario aseguró que desde el Gobierno de Donald Trump no se puede esperar más que “acciones injerencistas”, reseñó AVN.
“El imperialismo no ayuda a nadie en el mundo, dime, ¿a qué lugar del mundo han llevado ayuda humanitaria? Lo que han llevado son bombas para destruir Afganistán, Irak, Siria, para provocar muertes. Es un show, así de sencillo”, expresó.
Maduro dijo que su Gobierno continúa trabajando para evitar que Venezuela se convierta en un país dependiente, pues considera que la nación posee la capacidad de producir e importar lo que necesita.
“Nosotros vamos a seguir garantizando que nuestro pueblo tenga educación, salud, alimento, acceso al trabajo, comodidad, como hoy lo tiene, todo lo demás es un show barato que pretende justificar una intervención”, añadió.
Venezuela y la estrategia geopolítica de EEUU
La ayuda humanitaria de EEUU y Canadá plantea un peligroso escenario para Venezuela, donde las fronteras permanecen custodiadas por el Ejército mientras países vecinos como Colombia y Brasil abogan por “ayudar” desde la oposición. Pero el gesto “se basa en una demostración de poder”, dijo a Sputnik el periodista Pedro Brieger.
El analista aseguró que “en Venezuela, la oposición plantea la ayuda humanitaria no sólo por necesidad de la población, sino para poder manejarla como una demostración de poder, y ofrecer a Juan Guaidó características de Gobierno”.
A juicio de Brieger, detrás de todo esto “hay un juego de poder”. “Si realmente el tema fuera la ayuda humanitaria, se debería manejar entre Naciones Unidas y el Gobierno venezolano. Ahí nos damos cuenta que esto es una maniobra política que podría complicarse si [la ayuda] entra por Brasil o Colombia”, insistió el experto.
Mientras la presión de Washington contra Venezuela transcurre en el Caribe, Montevideo se preparaba para acoger una reunión este 7 de febrero, entre aquellos países que aboguen por una salida diplomática. Entre los asistentes están la Unión Europea y ocho de sus países miembros: Alemania, España, Francia, Italia, Portugal, Holanda, el Reino Unido y Suecia, además de México, Bolivia, Costa Rica, Ecuador y Uruguay.
Sobre la cita, Brieger comentó que “Una salida diplomática evitaría una guerra civil, ya que los antecedentes más recientes de la formación de Gobiernos paralelos derivaron en guerras como Libia y Siria. Entonces, Gobiernos como México y Uruguay son conscientes de que una mayor polarización e incluso el envío de ayuda humanitaria a Venezuela por EEUU y no por Naciones Unidas, contribuye a la exacerbación de la política interna de Venezuela y regional”, comentó el experto.
Además, recalcó que la oposición venezolana no quiere ningún tipo de diálogo con el Gobierno, y para ello se siente apoyada por el Grupo de Lima, EEUU, y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
Sin embargo, Brieger señaló que el problema de la cumbre de Montevideo es que no se trata de un grupo formal. “El Grupo de Lima puede ejercer una presión muy fuerte dado que está conformado por varios de los países más importantes de la región como Argentina, Brasil, Colombia, entre otros, mientras la cita de Montevideo tampoco responde a un organismo reconocido con capacidad de decidir políticas como Naciones Unidas”, explicó.
Sobre la celebración de elecciones presidenciales, el analista comentó que se trata de un pedido “muy complicado”. “El Gobierno de Maduro señala que hubo elecciones el año pasado y que las ganaron, y la oposición no reconoce la legitimidad de esas elecciones y tampoco al Consejo Nacional Electoral y pide convocar nuevamente a elecciones (…) con reglas de juego que ellos puedan manejar”, indicó el experto.
Además: Venezuela espera que en la reunión de Montevideo se respete su Constitución
Para Brieger está claro que el Gobierno no aceptará ese tipo de condiciones, además de que la apuesta de la oposición es bastante arriesgada.
“La oposición plantea una trampa porque convoca elecciones libres con la seguridad de ganar, pero las puede perder, lo que pasa es que subestiman el poder de convocatoria que tiene el chavismo”, concluyó.
El Principio de no Injerencia en los Asuntos Internos de los Estados
Llegados a este punto es necesario recordar que el principio de no injerencia en los asuntos internos, sustentado por la igualdad soberana entre los Estados, es uno de los pilares que rigen la sociedad internacional. Siempre con sus excepciones, este se impone como límite a la actuación de los Estados en una sociedad anárquica.
El respeto de esta norma es una garantía para la propia independencia, por lo que a todos les interesa reconocerlo y aplicarlo.
Naciones Unidas, como principal organización de la sociedad internacional, no debería basar su autoridad en el poder coercitivo sino en su capacidad de legitimar. La Carta de Naciones Unidas, que actúa como constitución internacional, explicita varios principios fundamentales de las relaciones internacionales y expresa el principio de no injerencia. Este se entenderá tanto por la tradición de la práctica de los Estados como por la aceptación de las obligaciones que se contraen al firmar la Carta.
De forma indirecta, los Estados se prohíben la intervención externa al admitir los medios pacíficos como solución de controversias y se someten al sistema de seguridad colectiva de la ONU.
Por lo tanto, la intervención unilateral no se considera legítima porque responde a un interés particular.
En muchas ocasiones la intervención en un conflicto no responde a la necesidad de proteger a la población civil, sino que se hace por intereses económicos, estratégicos o políticos. El problema reside en que los pocos actores que tienen capacidad para actuar efectivamente de forma unilateral son, principalmente, los miembros del Consejo de Seguridad con derecho a veto, lo cual plantea grandes debates sobre la inoperancia del sistema y la desigualdad dentro de la estructura de la comunidad internacional.
El derecho de injerencia humanitaria es un concepto ideológico introducido por Occidente, sin ninguna base legal. Todos los países del sur han rechazado de una forma u otra ese concepto.
Desde los años 1980, algunas tragedias humanas que se han producido en los países que habían obtenido recientemente su independencia, han sido utilizadas oportunistamente por los países poderosos para abogar en pro de un derecho de injerencia humanitaria, o sea a favor de una destrucción de los principios mismos del derecho internacional clásico.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario