jueves, 8 de febrero de 2018

Sesionó en Washington injerencista grupo de tarea sobre Cuba

Tomado de Cubasi.cu
El injerencista Grupo de Trabajo de Internet para Cuba, creado recientemente por el gobierno norteamericano y que la Cancillería cubana denunció como un nuevo programa subversivo, sesiónó ayer.
Integrado por representantes del ejecutivo y también por entes no gubernamentales, el grupo —que sesiónó ayer por primera vez en el Departamento de Estado— responde a la nueva política de recrudecimiento del bloqueo que anunciara el 16 de junio de 2017 el presidente Donald Trump.
En su primera sesión, en el sótano del Departamento de Estado, el ente –presidido por John S. Creamer, subsecretario adjunto para asuntos del hemisferio occidental– escuchó el parecer de expertos sobre los desafíos tecnológicos y las oportunidades asociadas con la ampliación del acceso a Internet en Cuba y que el gobierno de la nación antillana impulsa como parte de su soberana política de informatización.
La pretensión del gobierno norteño es vista como una violación flagrante a la soberanía cubana, en lo que respecta a la competencia nacional para regular los flujos de información y el uso de los medios de comunicación masiva, y un intento por manipular Internet con fines políticos y de subversión para lograr un “cambio de régimen”.
Según una nota de prensa del Departamento de Estado a la que tuvo acceso la Agencia Cubana de Noticias, hoy se acordó formar dos subcomités, uno de ellos dedicado a estudiar el rol de los medios de comunicación y la libertad de información en Cuba, y el otro enfocado en el acceso a Internet en Cuba, en una clara intromisión en los asuntos internos de la nación caribeña.
Para octubre de este año los subcomités presentarán un informe preliminar con recomendaciones, a partir de las observaciones aportadas por especialistas en la materia y otros actores relevantes, y luego prepararán un memorando con recomendaciones para el Secretario de Estado y el Presidente.
Refiere la agencia AP que la reunión tomó rápidamente claros matices políticos, siempre presentes en el debate sobre la política de Estados Unidos hacia Cuba, con los correspondientes testimonios de quienes atacan a la Revolución sistemáticamente.
También se escucharon críticas al giro de la política de EE.UU. hacia este país, como lo expresado por Antonio Martínez, experto estadounidense en las relaciones bilaterales, quien aseguró que el bloqueo económico, comercial y financiero contra la mayor de las Antillas es contraproducente y aferrado a una vieja política fracasada.
En la transcripción de sus palabras –a las que tuvo acceso la ACN– se refleja que la pretensión del grupo de tarea es un error y la historia lo confirma, “es otra actitud equivocada de la política estadounidense, arraigada en el temor de que Cuba nunca cambiará, por lo que de alguna manera debemos forzar ese cambio”.
Martínez cuestiono cómo es posible promover el acceso a Internet y la libre circulación de información en Cuba si aún persisten restricciones en EE.UU. para viajar  libremente al archipiélago y un bloqueo comercial y sanciones.
El poder de las demandas de información del mercado debería impulsar ese proceso, no una decisión política; estábamos empezando a avanzar cuando experimentamos la reversión de la política en junio del año pasado, concluyó.
En la actualidad más de cuatro millones de cubanos acceden a Internet a través de distintas modalidades, desde escuelas, instituciones u organismos, con un aumento del 72 por ciento, como promedio en 2017, del ancho de banda.
Desde el 2015 se trabaja en Cuba en un grupo de proyectos para el acceso masivo a Internet, entre los que están los más de 500 puntos de navegación wifi habilitados y las 630 salas de navegación públicas que existen en todos los municipios.
Igualmente todas las universidades se conectaron a la fibra óptica y se les aumentó el ancho de banda, se concluyó la conexión de los hospitales más importantes del país con sus facultades de medicina, y se extendió el servicio a más de 200 policlínicos y 190 farmacias, 50 de ellas en la capital, para poder desplegar un programa más eficiente de localización de los medicamentos.
La Cancillería cubana ha reiterado la determinación de no tolerar ningún tipo de actividad subversiva, ni de intromisión en sus asuntos internos y, como país soberano, continuar defendiéndose y denunciar la naturaleza injerencista de grupos de trabajo de este tipo.
Cuba declaró que continuará regulando el flujo de información como es su derecho soberano y como es práctica en todos los países, incluidos Estados Unidos y aseguró que seguirá avanzando en la informatización de su sociedad, como parte del desarrollo del país y en función de los objetivos de justicia social que caracterizan a su Revolución.




Foto: Juvenal Balán
En la mañana de hoy, 9 de enero, se realizó una audiencia en el Subcomité del hemisferio Occidental del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, organizada por el senador republicado de Florida, Marco Rubio y copresidida por el senador demócrata de Nueva Jersey, Robert Menendez, ambos con un vasto récord de trabajo en contra de mejores relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, y promotores de todo tipo de propuestas legislativas y políticas que afectan los intereses de los pueblos  cubano y estadounidense, y solo benefician a una minoría cada vez más aislada que históricamente ha lucrado con la agresión a Cuba.
Desde su propio título “Ataques a diplomáticos estadounidenses en Cuba”, se evidenció que el verdadero propósito de esta audiencia, a la que fueron convocados tres funcionarios de alto rango del Departamento de Estado, no era establecer la verdad, sino imponer por la fuerza y sin evidencia alguna una acusación que no han podido demostrar.
A nadie le sorprenden las acusaciones infundadas ni las fabricaciones de los senadores anticubanos, cuya única agenda política a lo largo de los años ha sido llevar a nuestros dos países hacia una confrontación, sin importarles las consecuencias. Su total falta de escrúpulos y credibilidad es reconocida. La gran víctima de la audiencia del día de hoy ha sido la verdad.
Para el gobierno cubano resultan inaceptables las irresponsables declaraciones realizadas en la audiencia por el secretario adjunto para los Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Francisco Palmieri.
El Director de Asuntos de Servicios Médicos del Departamento de Estado, Dr. Charles Rosenfarb, dijo que hay una multitud de síntomas que no son atribuibles a una causa específica y que hay falta de certeza sobre el agente causal. El Director Adjunto de Programas Internacionales del Buró de Seguridad Diplomática, Todd Brown, expresó que los expertos no han podido identificar la causa ni el perpetrador. Y el Sr. Palmieri utilizó repetidas veces el término ataques. Quedó claro que se trata de una acusación infundada contra Cuba.
El Departamento de Estado no tiene evidencia alguna que le permita afirmar que ha habido ataques contra sus diplomáticos en La Habana, ni que Cuba pueda ser responsable o tener conocimiento de acciones de terceros.
Por el contrario, meses de investigaciones exhaustivas han demostrado que no ha existido ataque alguno.
Reitero categóricamente  que el gobierno cubano no tiene responsabilidad alguna en las afectaciones de salud reportadas por diplomáticos estadounidenses. Cuba nunca ha perpetrado ni perpetrará, ni ha permitido ni permitirá que terceros actúen contra la integridad física de ningún diplomático sin excepción. El gobierno cubano tiene conciencia de sus responsabilidades y las cumple de manera ejemplar.
Una vez más afirmo que la investigación realizada por las autoridades cubanas, a cuyos resultados el Departamento de Estado y las agencias especializadas de los Estados Unidos han tenido amplio y sistemático acceso, ha arrojado que no existe evidencia alguna sobre la ocurrencia de los alegados incidentes y no se ha producido ataque de tipo alguno.
Nada de lo aportado por el Gobierno de los Estados Unidos a lo largo de este período e incluso hoy apunta con evidencias que los problemas de salud reportados por los diplomáticos hayan tenido su origen o su causa en Cuba.
Rechazamos la politización de este asunto y las medidas injustificadas que ha adoptado el Gobierno de los Estados Unidos, con un alto costo para nuestra población, la emigración cubana y el pueblo estadounidense.
Denunciamos también la manipulación política de estos hechos por los elementos anticubanos, que buscan agravar el clima bilateral, con el único propósito de volver a una etapa de confrontación, con consecuencias negativas para ambos países y la región.
Cuba es un país seguro, pacífico y saludable para los cubanos, para los extranjeros, para los diplomáticos acreditados y para los millones de personas que nos visitan cada año, incluyendo los estadounidenses.