jueves, 28 de diciembre de 2017

Estados Unidos a un paso de cerrar su embajada en Cuba

Declaraciones de Donald Trump, presidente de Estados Unidos de América, dan un vuelco a la relaciones con Cuba. 17 de junio de 2017. ACN CARICATURA/Osvaldo GUTIÉRREZ GÓMEZ/sdl
El más reciente anuncio del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), de Estados Unidos, dado a conocer el 22.12.17, de que “suspenderá temporalmente, pero de inmediato, las operaciones en su oficina de La Habana, Cuba, ante la reducción del personal de su embajada”, era de esperar, pues desde que el gobierno de Donald Trump inició la operación mediática de los falsos ataques acústicos y las inventadas enfermedades que sufrieron sus diplomáticos, se vislumbraba que el final apunta al cierre total de su embajada.
Desde que comenzaron a publicar reiteradamente la historieta, eran evidentes que sus mentiras tenían como finalidad afectar el turismo internacional, crear conflictos internos en la isla ante el recrudecimiento de la guerra económica y posteriormente romper las frágiles relaciones establecidas por Obama, esas que formaron parte de un acápite del diseño de su política para destruir el socialismo desde adentro, expresado notoriamente en todos sus discursos, a partir del 17.12.14.
El actual paso de trasladar las actividades consulares hacia la embajada de Estados Unidos en México, es una prueba de que pretenden desmantelar las funciones de ellos en la Habana, para llegar a la conclusión de que es más lógico cerrarla totalmente para no malgastar dinero.
La decisión tomada apunta al interés de provocar tensiones internas en la isla, a partir de la angustia de los que han decidido emigrar para reunirse con sus familiares e incitar las salidas ilegales, al estilo de las acontecidas en 1994, conocidas como el “maleconazo”, en momentos en que Cuba lleva a cabo un proceso de cambio generacional en su gobierno.
Nuevamente errores de cálculo de los estrategas yanquis que al parecer no sacan lecciones de la historia.
Los cubanos pueden resistir 58 años de guerra económica, acciones terroristas, redes de la CIA para el espionaje, planes para asesinar a sus líderes, guerra biológica para introducir plagas y enfermedades, fabricación de una contrarrevolución asalariada sin filosofía propia ni convicciones políticas, estimulación a la emigración ilegal, unido a su permanente estrategia de subversión ideológica, porque construyeron una Revolución verdadera, no impuesta por los tanques soviéticos.
Para las nuevas generaciones de cubanos la mejor lección que reciben es precisamente el regreso de Estados Unidos a su vieja política de agresiones, solo así conocerán quien es el imperialismo yanqui y no el espejismo que dejó en 8 años el presidente Obama con un diseño inteligente, sutil y engañoso que nubló la mente de aquellos que se creyeron que con los yanquis se puede jugar limpio.
Quienes repasan la historia de Cuba de los últimos 120 años, se percatan de las trampas y traiciones de la política estadounidense, no solo con la mayor de las Antillas, sino con toda la América Latina, a la que han invadido, robado parte de sus tierras, impuesto bases militares, ejecutado golpes de Estado, asesinatos de gobernantes que no se arrodillan, y guerras económicas para ahogarlos, obligándolos a aceptar las condiciones que imponen, sin respetar soberanía ni derechos humanos.
Las cubanas y cubanos están preparados para las contingencias, porque todos han vivido y nacido bajo las acciones de los yanquis; su estoica resistencia y unidad nacional les permite salir victoriosos, algo que no perdonan los señores imperialistas que no comprenden como lo hacen sin sublevarse contra la Revolución, anhelado sueño yanqui de verla caer como el Muro de Berlín.
Los yanquis no entienden que la única receta que utilizan los cubanos es la unión de todos, a pesar de diferencias de criterios, religión y otras que no son antagónicas y que les ha permitido vencer las dificultades impuestas, porque como nos legó José Martí, apóstol de la independencia:
“Vencer, en el arte difícil de unirse, es el secretó único del bienestar de los pueblos y la garantía única de su libertad”
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Puerto Rico podría perder el 8% de su población infantil, advierte informe

Hasta el 71% de los niños en Puerto Rico vivirían bajo pobreza a un año del huracán María.Hasta el 71% de los niños en Puerto Rico vivirían bajo pobreza a un año del huracán María.
Puerto Rico podría perder el 8% de su población infantil, lo que equivale a unos 55,770 niños, según proyecciones del Instituto del Desarrollo de la Juventud.
Además, el aumento en la inseguridad económica familiar puede abonar a la pobreza infantil en la isla, escenario que las proyecciones anticipan que subirá la miseria en la niñez de 56% hasta un 71% o 100,000 menores que enfrentarían condiciones de vida bajo el nivel federal de pobreza.
Este es el cuadro, que, según un análisis del Instituto, le espera a la niñez puertorriqueña debido a la devastación que dejó el huracán María y a las nuevas condiciones del país: mayores dificultades económicas, mayor emigración y un aumento en las condiciones de salud mental entre esta población tan vulnerable.
Se trata del estudio “El Impacto del huracán María en la niñez de Puerto Rico”, un análisis de la situación del país que contiene, además, recomendaciones y que acaba de divulgar esta organización sin fines de lucro que aboga por políticas públicas a favor del desarrollo de la niñez y juventud en la isla.
“La realidad es que hay mucha pobreza en Puerto Rico y se va a poner bien grave, sobre todo para los niños”, dijo Amanda Rivera Flores, directora del Instituto.
Basado en estudios previos sobre el impacto de otros desastres naturales, además de datos censales, el informe del Instituto, que está disponible en su página juventudpr.org, anticipa que la situación de pobreza en la niñez podría tener un efecto negativo en el desarrollo económico del país.
Rivera Flores, quien dirige el Instituto desde febrero de este año, resaltó que, antes del paso del huracán María, ya el panorama de la niñez en la isla era precario, con más del 50% de los niños en condiciones paupérrimas.
El Instituto identifica a los municipios del sureste y la región central montañosa como los más afectados, puesto que, además de que absorbieron el impacto más fuerte del huracán, ya padecían de condiciones de extrema pobreza y familias con padres desempleados o fuera del campo laboral.
“El impacto en la salud mental es bien fuerte en los niños, ya sea por pérdidas en sus viviendas, por la incertidumbre que esto les provoca, además de estrés post traumático”, dijo Rivera Flores.
La migración que ya se sentía incluso desde antes del huracán María, especialmente en personas entre los 18 años y los 40 y tantos, afecta adversamente la economía del país, con una fuerza laboral cada vez menor y una población más envejecida, revela el informe.
Entre las recomendaciones contenidas en el informe, se encuentra invertir en proyectos que mejoren la seguridad económica de familias con niños, así como en servicios de salud mental y apoyos para los jóvenes y extender el Crédito Contributivo por Dependientes Menores a familias con menos de tres hijos.
También, en sus recomendaciones, que el Instituto dirige al sector filantrópico, el gobierno local y federal y a la Junta de Supervisión Fiscal, se incluye crear un Fondo de Desarrollo Laboral para la Reconstrucción, restituir y optimizar el Crédito por Trabajo, asignar trabajadores sociales y psicólogos a cada escuela y crear un grupo de trabajo para atender la crisis de migración de familias con niños.
“Las oportunidades de empleo subsidiado y talleres de recapacitación son algunas de las recomendaciones, tomando en cuenta (los esfuerzos de) la reconstrucción de Puerto Rico, lo que ayudaría tanto a la seguridad de empleo como a la seguridad económica”, dijo Caridad Arroyo, líder de estadísticas del Instituto.
Tanto Arroyo como Rivera Flores coincidieron, además, que los efectos que trajo el huracán María han provocado que temas como la vulnerabilidad de la niñez hayan salido a relucir y captado la atención a nivel internacional.
“Es ver cómo usarlo como una oportunidad” para mejorar sus condiciones, dijo Rivera Flores. (Con información de El Nuevo Día)